Discurso sobre el cielo

 

Esta ciudad otorga todos los días un presente, depende cómo se reciba, el humor y el ambiente. Escúchalo bien, es una voz que viene de frente:

Amo hablar con el cielo porque da respuestas con el tiempo mientras me habla de dos momentos perfectos: cuando el espectro de luz empieza y cuando acaba en los ojos su efecto. 

Cuando el viento trae tormenta, nubes en calma o ninguna silueta, cuando el ciclo del agua cierra, se mira mientras la lluvia consienta.

Es arte el cielo, con sus colores lo veo, es la ambivalencia de la vida, es toda una ironía entre su cálido y frío. Es una danza de tonos que en cada segundo cambia a otro, más nunca falta la pausa cuando el ave mueve al ojo.

No somos pacientes perdemos el ritmo deleitable, es así como en el cielo y la planta hay un vínculo envidiable: pacientes al proceso, dueños del imperceptible movimiento. Puros y completos quisiera un día ser como ellos.

Así hoy, mi discurso sobre el cielo.

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