Ofrenda de café
Estoy aprendiendo a soltar en este mundo de libertad,
aunque muchas veces me ahogo por mis cicatrices de abandono,
Aún así es que lo quiero intentar.
Hay días de alegría porque esbozo la luz y me guía,
me susurra que el perecer de la flor, el fruto toma vida,
y aunque hay días con dolor de desapego,
así es el amor que trasciende, ahora lo veo.
A nombre de tu ofrenda diaria de café,
gustosa aprendo,
te dejaré la flor que siempre amé,
de coraza al tierno.
Ahora invoco a los cantos que refieren,
la aceptación de la despedida y la muerte,
que sepa que el lugar al que se acude,
es el pecho el hogar que se recurre.
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