Don Mario
Hoy me acordé de Don Mario.
La tarde que estábamos en el trabajo con las abejas, arranqué una rama y se la guardé en secreto a Esteban con intención de jugueteo, sabía que con algo tan simple podría provocarle una sonrisa y un momento lleno de alegría. Cuando la encontró nos reímos, me preguntó como me es tan fácil hacer eso con las personas, la respuesta fue rápida. Mi familia está llena de personas con chispa y, aunque Don Mario no era de sangre directa, fue un familiar muy cercano durante mi infancia con una chispa indescriptible. Encontraba cualquier momento para hacernos bromas simples muy chistosas, siempre, llenas de cariño.
En un instante me di cuenta de que no, las personas no nos abandonan, están en nosotrxs. Ese momento fue como si Don Mario me hubiera dicho al oído haz esta pequeña broma, le va a encantar; como si me hubiera pasado esa chispa y estuve en ese lado en donde hacer sonreír a las personas es un gran placer de la vida.
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