Grutas Calcethtok
El único sueño que he tenido con
Doña Lucy es cuando subo y bajo, camino con ella, preocupándome de su salud física y, mientras
bajamos el camino de las grutas, le cuento a Belén lo que he aprendido de ella
y las señoras. Un aprendizaje que nunca olvidaré:
Hasta ahora me acuerdo, sabía que ese suelo era valioso, hasta hoy lo
comprendo.
Mientras su trabajo siga transmitiéndose, yo soy testigo, ellas con el recuerdo
se mantiene vivo. Es por eso que entiendo que en la Maya se habla de un difunto
como si estuviera vivo.
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