Quita el dolor y verás cómo el contexto cambia
Que los corazones vacíos son llenados por un amor aburrido.
Que el deseo cambia, las prioridades cambian y que puede que vuelvan pero nunca, nunca de la misma manera...
Te cuento que estoy en ese
lado donde el dolor no me tira al suelo y que soy ajena a ese que provoco sin recelo. En este lado mi mente es fría. Es hielo que controla la voluntad y naturalidad de mi indiferencia a esas burdas acciones que por suerte no
me ligan. Esta mente toma un café, invicta, escribe y sigue con su día. Ni siquiera
en el dolor que provoca piensa, vive su día sin prisa. Y cuando es tiempo de reflexionar,
porque en algún momento ha de llegar; el corazón calla, se esconde, está en
silencio, se vuelve imperceptible.
¡Cuánto gozo es estar de este lado!
La soledad también cambia y se convierte en un aliado. La amiga es sabia, es antigua; espera en un sillón frente a un fuego tomando leche con café, siempre tranquila. Me pregunta cómo me fue y yo le respondo muy bien; pasión, placer, caricias, mi indiferencia, pienso y sonrío, bastante bien, le digo. Y es así como me quedo, con mi querida soledad compartiendo café y fuego. Así es, el final de este cuento.
Comentarios
Publicar un comentario